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jueves, 14 de julio de 2016

Reconocen como Ciudadanos Distinguidos a Dante Spinacci y Ariel Tapia

Merecido reconocimiento para dos grandes jugadores que tan bien nos representan. Que su primera corona la ganó con el equipo de Tres Lagunas en 1980; después conquistó dos tricampeonatos jugando para Fortín Loreto, de 1981 a 1983 y de 1986 a 1988. Ya con diez goles de handicap decidió retirarse en 1990, tras ganar su séptimo -octavo personal- abierto con Fortín a los 37 años.


Que Spinacci llevaba una carrera normal para una estrella del deporte, pero lo curioso comienza doce años después, cuando en la edición número 61 del Abierto Argentino de pato su hijo Pablo se resintió de una lesión y le pidió a su padre -que contaba en ése 2002 con 49 años-, que lo reemplace. Dante aceptó y junto a La Guardia vencieron a El Fogón 17-12 para conquistar un nuevo título nacional.
Que ocho años más tarde el equipo de La Guardia lo volvió a llamar para que dispute con ellos la final del torneo, que hacía 30 años atrás había ganado por primera vez. Y la volvió a conquistar junto a Francisco Bellapart, Andrés Lanfranco y Ariel Tapia al ganarle 19-14 a El Relincho. Spinacci, con 57 años, levantó su décimo trofeo en el campeonato más importante del deporte nacional.
Que Spinacci ganó su 10ª corona a 30 años de la 1ª. Muchos lo consideran el mejor jugador de pato de la historia. Y Dante Spinacci tiene números que avalan ese reconocimiento porque al consagrarse campeón con La Guarida del 69º Abierto Argentino, logró su 10º título en el torneo top del país, y a los ¡57 años! La historia exitosa del oriundo de 9 de Julio comenzó en 1980, igual, a pesar de haberse alejado de las canchas, siempre se mantuvo dentro del deporte porque comenzó a criar caballos especializados para pato”.


Acerca de Ariel Tapia, el Bloque en sus considerando lo destacan como uno de los exponentes más importantes del Pato, nuestro deporte nacional. A los 4 años de edad ya montaba solo. Hizo la primaria en el pueblo y a los 12 años empezó a trabajar junto a su padre en la Estancia La Guarida.

Comenzó a dedicar su vida de lleno a los caballos, desde temprana edad. A los 13 años era petisero de la familia Spinacci quienes lo incentivaron para que comenzara a practicar el Pato. Arrancó a jugar a nivel federado a los 15 años junto a Pablo Spinacci, hijo de Dante, su patrón y, ya por aquel entonces, 10 tantos de valorización y figura del deporte. Dante, sería su gran amigo y padrino deportivo.
Que Ariel Tapia trabaja en el mismo campo donde lo hicieron tres generaciones de su familia. Pero también se da el gusto de jugar para príncipes.
Que varias generaciones de pateros pasaron por La Guarida y nada indica que la tradición se detenga. En el potrero andaban cabalgando los hijos de Ariel, Matías y Tomás. Y muchos años antes, lo hizo Jorge, su papá.
Que con 41 años recién cumplidos, Ariel dedica 12 hs diarias a los caballos. Durante 6 meses del año (de abril a septiembre) vive en Inglaterra. Los siguientes 6 meses en Argentina, donde aprovecha la temporada de Alta Ventaja de su máxima pasión: el Pato.
Que Ganó el Abierto de Palermo, fue la figura del equipo y se llevó su primer Olimpia de Plata en 2012.
Que hasta 2010 no volvió a jugar, absorbido por las temporadas de polo en el exterior. El regreso fue exitoso: con La Guarida ganaron todo (“mi hijo Matías, mi hermano y yo, en distintas categorías”) y en 2012 se llevó el segundo Olimpia. Y, de ahí en adelante, estuvo ternado siempre para llevarse ese premio, aun cuando su equipo no ganara la final del Abierto.
Que los dos Olimpia y el premio Jorge Newbery -un trofeo que entrega el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a los deportistas más destacados- están en un rincón de la cocina comedor de la casa.
Que empezó a viajar a Europa y a Sudáfrica para hacer las temporadas de polo. Porque de eso vive. Primero como petisero; ahora como polista o piloto, un escalón más arriba, una suerte de coordinador de un equipo que pertenece a algún millonario. De abril a agosto, Tapia se instala en Windsor, residencia de la familia real de Gran Bretaña. Allá Tapia se pone la camiseta de Les Lions. No sólo lo contratan como polista (tiene 5 de hándicap), también entrena caballos. Se dio el gusto de ganar la Roehampton Cup, un trofeo de los más tradicionales del polo inglés, en 2006, con el equipo Montana Team. Y fue tapa de la revista Polo Times.

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